María
Suspiré rendida viendo entrar a todos los estudiantes mientras mi hermana mayor por un año aparcó frente al instituto.
- Llegamos, ¿quieres que te ayude? – se ofreció, pero negué con una sonrisa.
Abrí la puerta con mi mano derecha mientras que el izquierdo lo tengo enyesado y salí del auto lentamente teniendo cuidado de no caer, como ya lo he hecho en repetidas ocasiones.
- Aun no entiendo algo – murmuró saliendo del auto para rodearlo y ayudarme a colocar la maleta.
- ¿Qué cosa? - Pregunté metiendo mi brazo enyesado
- ¿Dónde están tus amigas?
Negué de