Capítulo 05. Amenaza

   Sophia con un bonito vestido que le dio Agata y mucha resolución caminó cojeando de la pierna izquierda desde la torre hasta el castillo; el dolor era insoportable y no solo en su pierna, la necesidad de sangre de Dragos no la deja concentrar. Paró en frente de los dos vampiros que custodiaban la puerta del castillo, los guardias la miraron con curiosidad, detectaron que ella era loba, Sophia a su vez supo que ellos eran vampiros puros, demasiado fuertes para ella.

   — ¿Qué quiere una loba coja con el rey de los vampiros? —ambos se echaron a reír de manera burlona.

   —Más respeto sanguijuelas asquerosas, están ante la Alfa Sophia Lewis, pareja por destino de Dragos Vlad; así que abran la puerta.

   Los vampiros se vieron uno al otro y a punto estuvieron de partirla en dos, pero escucharon una voz detrás de ellos.

   — ¡La loba Alfa no miente! —Exclamó Zack, desde dentro del castillo y se acercó a la puerta a paso rápido —. Alfa Sophia, —expresó Zack efectuando el saludo de honor con respeto para intimidar a los guardias.

   —A nosotros nadie nos dijo nada, que Ivantie nos certifique… —objetó uno de los guardias desconfiado.

   Sophia cruzó los brazos.

   — ¿Acaso en este reino tan temido el rey debe dar explicaciones a sus vasallos? ¿O temen que una loba pueda matar a su rey?

   Ambos vampiros la vieron de arriba abajo y no necesitaban reír para expresar que pensaban que era imposible que una chiquilla pudiera hacer daño a su rey.

   —Yo me hago responsable —espetó Zack, y ya apártense si no quieren que sus cabezas vean salir el sol de mañana despegadas a sus cuerpos.

   Los vampiros se apartaron agradeciendo que en cuanto el rey volviera ellos no estarían de guardia en el castillo.

   Sophia caminó dentro del ostentoso castillo una vez más con Zack.

   —Dragos querrá matarme por desafiar sus órdenes —decretó Sophia.

   —Es cierto —afirmó Zack—, pero no lo hará, he allí tu única ventaja, confío en que Agata te haya dado instrucciones.

   —Sí, sí, ¿dónde se supone que me quedaré?, dime que hay una cama y no un ataúd, aun lo dudo —Sophia se echó a reír de forma sarcástica.

   Zack agrandó los ojos.

   «En qué problemas me meto»

   —Sophia, esa es las cases de chiste que no debes hacer, decirle al rey de los vampiros que es un muerto, esto es un desastre, tienes el caso de desacople con tu loba más grande que he visto, ni siquiera lo amas estando a mitad de vínculo. Otra guerra se desencadenará, tú no lograrás pasar viva un día junto a Dragos si no depones tu actitud.

   Sophia rodó los ojos.

   —Mi mala actitud es todo lo que me queda, creo que es bueno que no lo ame, total, él no me ama a mí y también está a mitad de vínculo.

   Sophia siente que el corazón le duele cuando niega amarlo, lo ignora, si su loba no es capaz de darle el poder completo, ella no se rendirá y resistirá hasta poder deshacerse de la imposición de la diosa que solo le exige y no le muestra benevolencia.

   Zack sonríe y niega con la cabeza.

   —Son un par de testarudos —susurró…

   —Sophia, los vampiros no sienten como los lobos, los licántropos son todo corazón, anhelan la unión porque los fortalece, los vampiros en cambio apagan sus sentimientos para ser más fuertes.

   —Agata me ha dicho que existe una manera de sacar la cicuta de mi sistema y poder terminar con esto.

   Zack desvió la mirada.

   —Hay una hechicera oscura, vive cerca de aquí, no conozco a alguien que haya estudiado la cicuta como lo ha hecho ella.

   —Primero me entregan como pareja a un vampiro, necesito su sangre para sobrevivir y ahora debo confiar en una hechicera oscura ¿que seguirá? ¿Baños termales en la lava ardiente del inframundo?

   —Consumías hierba con cicuta, apuesto que tu loba lo sentía como lava ardiente ¿por qué hacías algo así?, hay mejores formas de morir.

   —En las garras de Dragos Vlad por ejemplo —contestó Sophia con una sonrisa irónica sin contestar a la pregunta.

    Zack subió los hombros.

   —Aunque no lo creas, no disfruto estar en medio de problemas de sobrenaturales, prefiero vivir en el mundo humano. Apenas estés bien planeo irme con mi esposa de vacaciones, tu hermana y Dragos me darán una suculenta fortuna por salvarte la vida, así que no me importa, después puedes suicidarte con lo que te plazca.

   —Por supuesto, para mí nadie tiene tiempo ni se preocupan si no es por otro interés de por medio.

   —Bájale al cuento de la pobre hermana menor que todos ignoran, bastante que te haces notar y no para merecer felicitaciones.

   Sophia no se dejó distraer.

   —Dragos no te pagará por mi vida, ¿qué es lo que quiere Dragos de mí?

   —Bueno, si tú mueres la manada suprema lo mata —Zack miró muy serio a Sophia.

   —No detecto el hedor a mentira, pero sé que sabes mentir. A Dragos le interesó tenerme viva, dime qué es, tú lo sabes, por eso cobrarás por ello.

   —No creo que sea la dulzura de tu corazón, sígueme y no me preguntes tonterías, no soy un oráculo ni mucho menos un experto en relaciones tóxicas y dependientes como esta.

Zack liberándose del tema le indicó una habitación.

   —En esta habitación me quedo cuando vengo.

   Sophia se sorprendió al ver el lujo de la enorme y equipada habitación.

   — ¿Dónde duerme Dragos? —Preguntó con una sonrisa pícara—, te imaginas que me consiga durmiendo en su cama.

   —Él duerme en un sarcófago.

   — ¿Es en serio?, antes lo dije jugando, pero terminaré por creerlo…

   Zack la ignoró.

   —Si te quedas aquí estarás protegida con un hechizo de ocultamiento, tienes comida te ayudará con el ansia de sangre, descansa y espera a que yo hable con Dragos, luego te busco ¿Has entendido?

   —Sí… Eres peor que mi madre, que fastidio.

   

   Dragos no llegó a la reunión, afortunadamente su equipo de seguridad lo interceptó. Los nigromantes atacaron la cumbre y se llevaron a los principales líderes de Europa. Lo hacían para obligarlos a decirles cómo entrar al reino en Transilvania, pero Dragos tenía un sistema infalible, la llave era él.

   En su reino había muchas reliquias antiguas y fuentes de poder de la misma creación del universo, una vasta colección que inició su padre, siendo lo más preciado y buscado por los nigromantes las piedras de la luna. Dragos, desesperado regresaba, necesitaba encontrar la manera de resistir el poder de los nigromantes y luego iba a tomar a cada uno y torturarlos por mucho tiempo.

   Furioso bajó del vehículo frente a su castillo, todo estaba peor de lo que pensaba, jamás estuvo su reino bajo amenaza como ahora.

    Entonces percibió el aroma inconfundible de la loba que ocupaba su mente sumando desgracias a su vida dentro de su castillo.

  — ¿Qué hiciste Zack? —vociferó apenas lo vio en la entrada del castillo y guardias y servidumbres huyeron despavoridos.

   —Esa chiquilla no se quedó encerrada como le indiqué —murmuró Zack y Dragos se acercó con mirada amenazante—. Déjame explicarte… —imploró Zack con las manos en alto, Dragos paró, pues sabe que Zack puede dominarlo.

   —Malditos hechiceros, si no fuera por tus trucos de necromancia te haría tragar tu propio…

   — ¡Yo no la traje, fuiste tú recuerdas!, solo le permití entrar al castillo —Gritó Zack interrumpiéndolo.

   —No me vengas con tus excusas estúpidas, Zack, si te dejo entrar en mi casa no es para que metas a cualquiera.

   —Yo no soy cualquiera querido —exclamó desde lo alto de la escalera Sophia y daría cualquier cosa por poder en este momento caminar contoneando las caderas de manera sexi, pero no puede, así que con la nariz en alto y actitud de Alfa se quedó allí.

  Dragos la miró y se recrimina a sí mismo porque ella lo atrae, vestida con ese vestido negro muy sexi y con la cara en alto es una toda una reina. Lleno de rabia sube a velocidad sobrenatural.

   — ¿Por qué estás vestida así? Volverás a la torre —vociferó rojo de furia y mostrando sus colmillos, era ahora un temible vampiro.

   — ¡No! —dijo ella determinada sin demostrar miedo—, a mí no me encerrarás Dragos, o le comunicaré a mi hermana y estarás muerto así de rápido —Sophia chasqueó los dedos.

   Dragos la agarró del cuello lleno de rabia, estaba harto de las amenazas de muerte.

   —A mí no me amenazas, tus parientes no me matarán, porque si yo muero tú mueres, eres mi ventaja, mi seguro y haré contigo lo que me dé la gana, entiende que nadie me impone su voluntad o logra manipularme, para mí no eres nada, yo no te necesito, es al revés….

   Dragos la lanzó y se sorprendió cuando Sophia voló por el aire y no dio la vuelta para caer de pie como lo haría cualquier sobrenatural, ella aterrizó en el suelo con un duro golpe y Zack corrió escalera arriba y le pasó por un lado a Dragos que está estupefacto.

   —Desgraciado hijo de perra, yo no me quedaré esperando aquí a tu lado cuando una legión de licántropos venga por tu cabeza, y cuando mueras morirán la mayoría de los vampiros, ¿es que en verdad te has vuelto loco?

   Zack se arrodilló junto a Sophia que había perdido el sentido.

   Dragos reaccionó y se acercó.

   — ¿Está muerta?—indagó con voz entrecortada.

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