Me desperté enredada entre los brazos y las piernas de Theo, ambos completamente desnudos. Sonreí y me removí para despertarle. El despertador, adivinando al parecer mi intención, decidió sonar.
Theo abrió los ojos y se estiró:
- ¿Sabes que cada vez que te veo dormir a mi lado, desnudo, sigo imaginando que es un sueño?
- No quiero despertar de este sueño. - Sonreí.
Me dio un beso:
- Disfrutemos mientras estemos juntos, después de todo, pronto encontrarás una casa y yo me quedaré sin compañero de piso y sin esposas.
- Creo que podríamos pasar las noches juntos... - le propuse.
- Y los días también, después de todo, trabajamos juntos.
- Esto sería prácticamente un matrimonio. - Pensé en voz alta.
- Recordando que mamá y papá decidieron no trabajar juntos par