Capítulo 109 - Adrenalina - mddos

Después de comprar lo que necesitábamos y queríamos, porque los tres nos vimos comprando ropa, juguetes, accesorios a un bebé de quince días de nacido. Al llegar al parqueadero guardamos las cosas en el maletero del carro, incluso habíamos comprado el traje de bautizo.

Me senté en la parte de atrás mientras que Miguel fue el conductor, siempre le han dado esa responsabilidad y lo comprobé el día del atentado de mi marido. Estábamos lejos de la casa, ya era más de las nueve de la noche y el tráfico en esta ciudad era un desastre.

—Rata, nos siguen.

El comentario de Cebolla disparó los latidos de mi corazón y al tiempo sus relojes pitaron.

—Señora, cálmese. —Simón sacó sus armas y Miguel también—. Desvíate Cebolla.

Ordenó su jefe, habían cambiado su actitud, mientras que yo trataba de controlar mi respiración, ellos se veían tan tranquilos, Simón llamó por celular.

» Mojón, nos siguen, rastreen mi carro y vengan a darnos refuerzo.

—¿A las afueras?

Fue la pregunta del conductor, ellos se
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