Estar en los brazos de mi amigo me reconfortaba. Como quería a este flaco.
—Ahora eres tú el ingrato. —No dejó de abrazarme.
—Júrame Vero que en tu vida vuelves a hacer esa estupidez de intentar matarte.
—Lo juro. —Me bajé de su costado, había quedado colgada cuál coala. Miré a mis escoltas —. ¿Nos quedamos aquí o vamos a algún lugar?
—Te invito a devorarnos una caja de helados. —afirmé—. Rata me llamó y me dijo que debes estar con dos guardaespaldas pegados como chicle y estoy de acuerdo con él, no voy a soltarte la mano, que todo el mundo crea, que eres mi novia, y te las canto, si tienes ganas de ir al baño me meto contigo. —Le torcí los ojos.
» Tú te lo ganaste y mira. —Me mostró unas esposas—. Desde ahora hasta que me sienta otra vez confiado te amarraré a mí cada vez que vas al baño. Vamos a ir a un centro comercial, quien quita que se te dé por tirarte.
Hizo el comentario cuando ingresábamos al auto. Churrusco se fue en una de las motos y Gustavo se fue de copiloto.
—Ni te atre