— ¿Por qué no me dijiste antes, mi amor? — susurro en su oído.
— Apenas si llegaste y no tuve la oportunidad. Quería que te enteraras de otra manera y no de esta. Además, que me afectó mucho lo de June; el corazón quema de pensar todo ese sufrimiento que vivió junto a ellos.— Pero ya esta con nosotros, princesa. Estará bien, ¿te importa si vive en nuestra casa.— Me preocupan sus traumas. Ella sufrió mucho — se enderezó y luego de limpiar su boca con un pedazo de papel qué saco del bolsillo de su chaqueta, se giró —. Amor, puedes llevarla, es tú casa. No debes de preguntarme a mí.— Claro que sí, mi reina. Ahora todo lo mío es tuyo — negó con una sonrisa.— Vayamos con calma, cariño — asiento —. Anda, ve. A&ua