Advertencia de contenido sexual explícito.
Lukas logró quitarle las esposas y Sam se perdió en el deseo e hizo todo aquello que pensaba mientras Lukas arremetía en su interior.
Arañó, mordió, lamió y no era suficiente, quería más, mucho más.
Enredó una pierna alrededor de la cintura de Lukas y levantó la otra, pero Lukas lo inmovilizó. Lo hizo rodar hasta dejarlo sobre su estómago y sintió las manos envolver y erguir sus caderas, su trasero expuesto y a merced de Lukas.
—Te comeré —imperó Lukas detrás de él.
—Sí, sí... —gimió cuando sintió la lengua caliente y húmeda deslizarse entre sus nalgas hasta llegar a su agujero.
Jadeó y gimió, dejándose llevar por el placer, por la lujuria que emergía y se exteriorizaba mientras sentía la lengua de Lukas dentro de sí, pero no era suficiente y al parecer su novio lo intuyó. Ya no era solo la lengua, había dos dedos acompañando el vaivén calinoso y húmedo.
—Delicioso —gruñó Lukas, la voz atiborrada de placer.
Estaba mojado, resbaladizo y aquell