Harry la miró sorprendido. “¿Estás casada, Zora?”.
La sonrisa de Maisie se hizo más amplia. “Sí”.
“Oh, ¿tu esposo está en Zena? Vayamos a tomar el té con él”. Harry quería saber quién era el hombre que había tenido la suerte de casarse con esta mujer tan hermosa y talentosa.
Maisie fingió suspirar. “Quisiera, pero no sé con qué mujer se fue a reunirse mi esposo. No consigo localizarlo”.
Nolan, Cherie y Quincy se quedaron sin palabras. Todos los demás, incluyendo a Harry, sintieron pena por ella. “Lamento escuchar eso, pero una mujer hermosa como tú sería capaz de encontrar a alguien mejor”.
Maisie sonrió dulcemente. “Eso espero. ¿Conoces a alguien?”.
Harry sonrió. “Puede que sí”.
Una nube oscura apareció sobre la cabeza de Nolan. Le sonrió a los que estaban a su lado, rechinó los dientes y dijo: “Hay algo que necesito discutir con la Señorita Vanderbilt. No podré ir a cenar”.
Para sorpresa de todos, tras decir eso, agarró a Maisie por la muñeca y se fue.
La puerta se abrió y e