“Te daré un consejo. Si no quieres seguir los pasos de los Reese, es mejor que no hagas nada".
Nollace se fue.
Zenovia empezó a temblar. '¿¡Acaso estuvo detrás de lo que le pasó a la familia Reese!?'.
Esa tarde…
Después de la lluvia, el suelo estaba mojado. Soplaba el viento y el aire estaba impregnado del aroma de hierba mojada.
Daisie acababa de llegar a la villa y estaba en la puerta para quitarse los zapatos cuando escuchó el timbre. Se dio la vuelta para abrir la puerta. "¿Quién es?”.
Se sorprendió al ver a Nollace. Luego tarareó y volvió a entrar en la sala.
Nollace cerró la puerta, la abrazó por detrás y sonrió. “¿Otra vez enojada?".
Daisie le quitó las manos. “Tu prometida vino a verme. ¿Tú qué crees?".
"¿Quién es mi prometida?", le susurró al oído: "¿No está mi prometida aquí, entre mis brazos?".
Daisie sonrió. “¿No soy solo una estudiante a la que le das una mesada?”.
Nollace se sentó en el sofá y la sentó sobre su regazo. "¿Me dejarías pagarte por tu compañía?".