Un destello de mal humor apareció en los ojos de Willow.
El rostro de Willow estaba pálido. “Tía, sé que soy inferior a mi madre. También tienes que saber que mi madre murió cuando yo era muy pequeña. Yo…”.
“Está bien”. Había una pizca de impaciencia en los ojos de Larissa. "Solo compórtate y no te metas en problemas en el futuro, no avergüences a tu madre. Tu personalidad tan ingenua no le agradará para nada a tu abuelo”.
“Las mujeres de la familia de Armas siempre deben ser fuertes. Pero a juzgar por cómo te comportas, nunca llegarás a nada”.
"Entendido", respondió Willow mientras apretaba el puño.
‘M*ldita sea, si no fuera por la identidad y el estatus que me dará ser la hija de los de Armas, ¿por qué iba a quedarme aquí y aguantar todas estas tonterías?’.
"Ya puedes volver si no hay nada más. Estoy cansada y necesito descansar". Larissa se levantó del sofá y subió las escaleras.
Willow salió de la mansión de la familia Lucas con un rostro solemne. La actitud de la señora Luc