Capítulo 1227
Naomi se levantó sola, pero le dolía mucho el tobillo después de dar dos pasos.

Francisco se acercó y la agarró del brazo. "No hace falta que te fuerces si te duele".

Cuando estaba a punto de retirar el brazo, Francisco la tomó en sus brazos.

Naomi se sorprendió. "Tú—".

"Nunca conocí a una mujer tan tonta como tú". Él rechinó los dientes y se fue con ella en brazos.

El repentino giro de la trama hizo que Naomi se sintiera muy nerviosa, y no sabía dónde mirar. Lo único que podía hacer era permanecer en sus brazos obediente y silenciosamente, escuchando los latidos de su corazón a un ritmo anormal.

Los dos llegaron a un salón que estaba situado junto al salón de banquetes. Francisco la colocó sobre el sofá y frunció el ceño cuando vio que ella se estaba sujetando la palma de la mano. "Abre la mano".

Ella extendió la palma obedientemente y unas gotas de sangre salieron de la herida en su palma.

Francisco salió y le pidió a un camarero que le trajera un botiquín. Al cabo de un rato
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