"¿En serio?". Las pestañas de Daisie estaban húmedas y se pegaron. Tenía la nariz roja y parecía un venado.
"Sí", respondió Nolan. "Nunca te mentiría".
"Entonces, ¿lo volveré a ver?". Los ojos de Daisie se llenaron de ilusión.
Nolan se quedó atónito.
No sabía por qué, pero sintió el impulso de pegarle a su hija cuando vio lo ansiosa que estaba por ver a ese chico.
Se pellizcó la nariz y cambió de tema. “Escuché que eres adicta a los videojuegos e incluso llevaste una consola de juegos a la escuela”.
Daisie se quedó atónita. Bajó la cabeza y dijo: "Solo me queda una consola de juegos".
Él le dio unas palmaditas en la cabeza y dijo: "Aunque ya no estés en la misma clase que tu hermano, aún puedes hacer otros amigos, ¿no crees?".
"No les caigo bien".
La respuesta de Daisie hizo que Nolan entrecerrara los ojos. ¡No creía que existieran personas a las que no les cayera bien su hija!
¡Su hija era tan bonita y adorable! ¿Cómo no les caería bien?
Nolan respiró profundamente para cal