Dentro de la sala de vigilancia en el octavo piso del hotel.
Un hombre de mediana edad, vestido con un impecable traje, observaba detenidamente las cámaras que mostraban a Juan comiendo. Se volteó hacia Javier y dijo: —¿Ese es el muchacho que te golpeó?
Era Rafael Pérez, el tercero en la línea de los Pérez y el responsable de la subasta de hoy.
—Sí, tío— ese es, Javier apretó los dientes con odio.
—Ese chico es realmente muy atrevido, no solo golpeó a alguien de los Pérez, sino que además vino a nuestro territorio a comer y beber gratis.
Rafael se rio con furia.
Alejandro, que estaba de pie al lado, dijo de inmediato: —Rafael no te preocupes, iré a capturar a ese chico de inmediato.
—No es necesario.
Rafael negó con la cabeza: —La subasta en este momento, es lo más importante ahora. Mantengan un ojo en las cámaras y vigilen muy bien a cualquiera que parezca sospechoso.
—Tío, todos saben que esta subasta la organizan los Pérez. ¿Acaso, alguien se atrevería a causar problemas? —Javier pr