Antonio escribió con gran  con dificultad.
Su vida estaba llegando a su fin, y quería arreglar algunas cosas antes de morir.
—De acuerdo, contactaré a Juan de inmediato para que venga a verte— Marta salió rápidamente y marcó el número de Juan.
Juan acababa justo en ese momento de regresar de Villa Paraíso cuando vio la llamada de Marta. Pensó por un momento y decidió contestar.
—Juan, ¿dónde estás? Ven a mi casa lo antes posible, mi abuelo quiere verte—dijo Marta con urgencia en su voz.
—De acuerdo, iré enseguida.
Juan aceptó y, después de colgar, se dirigió a la villa de los Díaz.
Cuando volvió a ver a Antonio, se dio cuenta de inmediato de que su condición era terminal. Su vida estaba llegando a su fin rápidamente.
No había nada más que hacer, pronto fallecería.
Juan negó con la cabeza en silencio.
Marta se acercó a la cama y dijo con suavidad: —Abuelo, Juan está aquí. ¿Qué quieres decirle?
Antonio, como si hubiera recuperado un poco de fuerza, le hizo un ligero gesto a Marta para qu