—¿Será que quien salvó a Juan aquel día fue Agustín? Esto no puede ser… Agustín lleva desaparecido décadas, ¿cómo podría estar en Puerto Lúmina?
El Noveno Guardián reflexionaba, intentando encontrar una explicación a todo esto.
Esto no puede seguir así. Si las cosas continuaban de esta manera, estaba claro que moriría. La técnica Puño Ascendente Infinito de Agustín, según las leyendas, aumentaba de forma vertiginosa la potencia con cada golpe: después de diez puñetazos, su fuerza se duplicaba, y si alcanzaba los cien, la potencia era diez veces superior.
Con este pensamiento, el miedo comenzó a apoderarse poco a poco del anciano.
Era inconcebible que el noveno en la lista de asesinos de la Comunidad de las Almas Ligadas, estuviera siendo superado simplemente por un joven que acababa de alcanzar el rango de Poderoso Marqués Guerrero.
¡No puedo permitirlo!
Salir de esta situación era casi imposible bajo en la fuerte presión de los puños de Juan, pero debía intentarlo.
Solo había una solu