—Ayúdame con esto.— le digo pasándole mi bolso. Mira la cartera y luego vuelve a mis ojos con el ceño fruncido y una mirada de reproche.— Por favor.— hago énfasis.
—Estoy cargado.— me dice, le echo una mirada rápida y si, está cargado, no sólo lleva a Mía en sus brazos, síno también su bolso de viaje y el mío, pero igual tiene espacio para un bolso más pequeño.—No llevas nada, ¿Por qué quieres qué lo lleve?
—Iré por un café, será rápido.— finalmente hace una mueca y asiento estirando su mano para tomar mi bolso.— espérame en la puerta, Cam dijo qué estaría afuera.
Sin más empiezo a caminar hasta la máquina de café no muy lejos de nuestro lugar.
—¡No tardes!— levanta la voz a mis espaldas y le dirijo una mirada rápida por encima del hombro.
Esbozo una débil sonrisa y sigo mi camino mirando al frente. Después de nuestra conversación en el avión pareció que entre nosotros la gran muralla que nos separaba se fué rompiendo poco a poco, pero aún así las cosas respecto a nuestra relación no