Capitulo 15 "La capitana no se queda con desconocidos..."
 Por alguna razón, todo el mal que habitaba hace días, inclusive meses siento que se está yendo por alguna parte de mi cuerpo. Todo el estrés acumulado, toda la ansiedad, me está abandonando. Y me abandona, para dejarle el paso al placer. Placer. Astor se encuentra arriba de mi. Su miembro erecto me está incitando. Astor juega con mi lengua. Pareciera que quiere hacer largo este juego, o arte. Pero yo no estoy dispuesta a esperar más. Mi cuerpo estaba deseando esto, y ahora el chico se hace el difícil. No, me rehusó a esperar. — Astor —gimo. — Mmm No puedo esperarlo toda la vida. Mi cuerpo me pide a gritos que sea tomado y Astor no parece ser que lo vaya a hacer pronto. Empujo su gran cuerpo que cae a lado del mío. Antes de que pueda hacer algo, me subo a horcajadas sobre él. Él parece divertido con la situación. — Qué sexy —Murmura él De un movimiento muevo su bóxer. Dejando ver en vivo su miembroy joder. Me dan ganas de comerlo. Mi tanga la muevo con un dedo, colocando a mi gran preciado amigo frente a mi entrada. Sin esperar, me dejo caer. — Oh diosss —gimo más fuerte cuando siento que ha entrado todo. Sigo con movimientos grotescos. Con mis manos sujeto mi trasero, para darle una entrada más profunda a Astor. Subo y bajó con fuerza, es que el dolor que acompaña al placer es el mejor. La habitación se llena con el sonido que hago cuando caigo sobre el, un par de gruñidos de parte de Astor. La sensación de dolor que sentía antes, ha desaparecido por completo. Y en su lugar ha tomado paso el placer. Miro a Astor a los ojos, el me mira atento. Me siento como una reina, montando a su muy amado caballo. Las sensaciones son fuera de este mundo, la intimidad que tenemos está siendo llevada a otro nivel, como si fuera una persona que conozco de toda la vida, pero no. Astor tiene sus manos por todo mi cuerpo, desde mi cuello hasta mis caderas. Tiene ese toque sexy, que hace que suba y baje más rápido. Justo cuando pienso que he tomado el control, el sale de mi, moviéndome. Hizo el mismo movimiento que yo hice con el. He quedado boca abajo. Sedienta de él. — Levanta ese culo —su voz está demasiado ronca. Y además ha adquirido un tono más autoritario. Sin quejarme, me pongo en la famosa posición. Levanto el culo, con mis manos sujeto mi trasero, abriéndole para darle entrada. Mi espalda está arqueada, mi cabeza en la cama. — Por favor —le hago la invitación a entrar. — Por dios —gruñe— No puedes aparentar ser tan dulce y ahora, con esto —Sujeta con fuerza mi nalga derecha y sé la razón. Tengo un tatuaje que dice "Fuck me, daddy". Tengo otro tatuaje, en la otra. Pero este dice "Bon apéttit". — Follame —Digo. Y Astor vuelve a soltar un gruñido, entrando justo como yo entre. Sin piedad me ataca con una serie de embestidas. Son duras, rápidas y con fuerza. El placer y el dolor vuelve a ser parte de este acto. — ¡Más, más! —Gimo gritando. Sus embestidas se vuelven aún más fuertes. Siento como golpea con mi cuerpo. Tengo que bajar mis manos, para evitar caerme o resbalar. Sus embestidas no me dan tiempo de respirar, cada una de ellas deja un dolor profundo. Sus dedos se encajan en mis caderas y su velocidad aumenta. Pronto toma mi pelo, con otra de sus manos sujeta mis manos para colocarlas en mi espalda. Siento la sensación que más me encanta en el mundo. Un próximo orgasmo. — ¡Si,si,si! —Grito (...) Despierto con los rayos de sol entrando por mi ventana. Intento levantarme para poder correr la persiana, pero siento un increíble dolor en mi cuerpo. Había olvidado lo que es follar como animales. A paso un poco lento, cierro la persiana. Y es entonces cuando me doy cuenta que estoy desnuda. El espejo que cubre casi una pared entera, deja ver mi reflejo. — Si que hemos follado como animales —murmuró tratando de acomodar mi cabello, viendo algunos manchas moradas, que dejan ver sus dedos. Me tomó con mucha fuerza. Me encanta. Y es que a cada quien le gusta el sexo diferente, pero a mi me encanta aquel donde el placer y el dolor son el objetivo. No un dolor que solo aparece de la nada, es algo que no puedo explicar. Es mas placentero. Que me duela el cuerpo es normal, ya que suelo hacer demasiado ejercicio. Me baño demasiado rápido, porque tengo demasiada hambre. Así que una vez me pongo una pijama de pantalón y top, salgo de mi habitación. Hoy es domingo, entonces puedo tomarme el día para estar relajada, viendo alguna serie o película. Hasta estoy dispuesta a salirme de mi dieta, y comer algo grasoso o demasiado bueno. Cuando he llegado a la cocina me encuentro con una sorpresa. No esperaba verlo aquí, aún. — ¿Hola!? —Pregunto al ver al chico de Violeta con Astor. Y parece que están desayunando. — Bonjour, capitana —Responde Astor con un acento demasiado sexy. — Buen día, Elisa —responde el chico. — ¿Qué hacen? —Preguntó dubitativa. — Le explicaba a Gil, que debe olvidar las imágenes de ayer y no decirle a nadie —responde Astor. — En realidad me estabas amenazando —Dice Gil. — Es lo mismo —Vuelve a decir Astor. — ¿Por qué ninguno de los dos se ha ido? —Pregunto — Quería irme con Gil, no puedo dejarlas solas con un desconocido —me responde primero Astor. — Mm tan lindo —digo sarcástica. El me dedica una de sus muy coquetas sonrisas, mi corazón empieza a latir mas rápido. — Como sea, Gil y yo, ya nos vamos capitana —me dice. — Violeta es muy caliente, pero joder. Ahora mismo puedo sentir la tensión sexual en el ambiente —Dice Gil, interrumpiendo nuestro duelo de miradas— Te espero afuera, Astor. Astor no me dice nada, solo se para frente a mi, y un beso casto me otorga. Cuando me doy cuenta estoy sonriendo, el ya se ha ido. Violeta me hará millones de preguntas hoy en cuanto despierte. Dios, después de todo siempre se ha dicho que los de americano son unas bestias hasta en la cama y por eso muchas chicas no vuelve con ellos por una segunda ronda.