Creo que he tardado mucho en el baño, espero que no se moleste. Necesitaba aclarar varias cosas. Estando sola pude despejar mi mente y no menos importante, pude asearme. Ahora con la mente un poco más clara y vistiendo la ropa que Pierre eligió me siento mejor. Al salir del baño algo más renovada debo decir, recorro la habitación con mis ojos pero no lo encuentro. ¿Dónde se habrá metido?
Voy caminando a la cama y veo todo organizado, vaya que este hombre es ordenado. Las dos maletas pequeñas ya están recogidas y sobre la silla, de fácil acceso para tomarlas cuando nos vayamos de aquí, la cama extendida, el abrigo encima de una de las maletas y el desayuno que traen en la mesita al otro lado de la cama. Lo único que falta es él.
¿Dónde estará?
Me estoy sentando en la cama cuando noto la puerta abrirse.
— ¡Esperé señor De Lucca!
Esa voz... ¡La putienfermera otra vez!
¡Que diablos! ¿Que quiere ahora? No se da por vencida.
Me levanto de la cama y voy en silencio hasta la