— Astrid hace tiempo atrás estaba desesperada por tener un heredero para los Callister, mi abuelo vivía presionando con el tema— explicó Bruce— ella había tenido años atrás dos pérdidas y el médico le había pronosticado que lo mejor era que no intentara embarazarse pues su vientre no estaba suficientemente fuerte para un embarazo.
— Eso me lo contaste— intervino Richard.
— Yo no sabía de esos embarazos fallidos — dijo Gordon.
— Si eso había frustrado mucho a Astrid y se le ocurrió encontrar a una chica que aceptara ser inseminada para así tener a nuestro heredero— dijo Bruce.
— ¿Y qué sucedió?— preguntó ansioso Richard.
— Que cuando esta chica que ya había aceptado tener a nuestro hijo tenía unos cinco meses de embarazo,— informó Bruce— mi esposa salió embarazada y no supo como manejar la noticia y se le ocurrió hablar con el ginecólogo de interrumpir el embarazo hecho a la chica por inseminación, al parecer la muchacha escuchó y huyó asustada.
— ¿Entonces tú no conocías a la c