— Debes esperar, es muy temprano para decir que sucederá, aparentemente se ve bien, pero espera, todavía quedan tres meses y medio, al final le ponemos una inyección para que la chica expulse al feto y asunto arreglado, no te angusties, eso puede molestar a tu bebé que inicia la gestación— dijo el médico.
— Tienes razón, yo no voy a angustiarme, ¿para el mes que viene se puede ya saber? — preguntó de nuevo Astrid— es que si llega cuando tenga 8 meses me dará temor matar a ese bebé.
— Si es más complicado, pero si se le inyecta algo para que haya sufrimiento fetal y así hay que sacarlo obligatoriamente,— dijo el doctor— ella tiene que someterse, no se puede arriesgar a una infección con el bebé muerto dentro de su barriga.
— Entonces esperaremos dos meses más— dijo aliviada Astrid.
— Si, ahora tienes 8 semanas, en dos meses más, estará más fuerte— dijo el médico— quédate tranquila y ve que la chica se va a extrañar que estés tanto tiempo acá.
Camila había escuchado todo, estaba pa