Pormenores del amor.
Capitulo XXXIX
Se despertó y vio a su lado a la señora Rosangela, con cara de preocupación. Le sonrió y ofreció traerle café, eso siempre la reconfortaba. En ese instante entro Diego que venía del baño, por su cabello mojado, la saludo y beso en los labios, preguntándole:
-¿Estas mejor?
-Sí, le indicó y tú, ¿Cómo dormiste?
-Bien, me despertaba y te observaba.
-¿Debes ir a la casa a descansar, ya la señora Rosangela esta acá y me iré con ella.
- No. Nos iremos juntos.
No dejo que siguiera la conversación, se le veía preocupado y dispuesto a tomar las riendas de la situación por ambos.
Suspirando y a solas con Diego, le dijo:
-Debes estar tranquilo, no pasara nada, ya me siento bien.
-Se que estas mejor, pero esto no volverá a pasar. No puedes estar en ninguna actividad que te exija estar de pie o realizando cualquier cosa, desde este momento estarás en la casa acompañada todo el tiempo, ya dispuse una persona que se turnara con la señora Rosangela para tus cuidados, y no voy a admitir