—Imagina si te hubieras ido... ¿Qué habría sido de mí?—Beltaine dejó caer la mirada, su voz temblaba como una llama en el viento, mientras el Alfa aún sostenía sus manos con firmeza. Sus ojos destellaban con una intensidad desgarradora, como si contuvieran un océano de emociones punto de desbordarse—. Me habría sumido
en la oscuridad más profunda, arrastrada
por las olas de la soledad hasta ahogarme en el abismo del vacío…
—¿Cabeza de fuego?—La confusión se
reflejaba en los ojos de Kyrios, quien
observaba a la pelirroja con una mezcla de preocupación y desesperación.
—Este dolor... esta angustia que me
consume desde adentro…—Beltaine se
estremeció, aferrándose a su cabeza como si intentara contener una tormenta en su interior. Su voz resonaba con un eco de desesperación y lucha interna—. He luchado con todas mis fuerzas por mantenerlo enterrado, pero ahora…
—¡Cabeza de fuego!—Kyrios envolvió a
Beltaine en un abrazo firme, marcando su cuello con una mordida que transmitía un
mensaje de