La mirada de Morena decía que no estaba para nada de acuerdo, en cuanto estemos solas, le voy a confesar que esa misma madrugada, iba a partir.
-Tengo que estar presente sí o sí, porque es una semana muy importante, ya sabés, el ojo del amo alimenta el ganado, creo que así es el dicho.
-Lo entiendo, pero estos documentos…
-Me quiero quedar tranquila por si surgen imprevistos.
Me pareció justa mi respuesta, no estoy segura de que me haya creído.
Solamente espero que no salga corriendo para contarle a Ema.
- ¿A qué hora te vas?
Rogué para no delatarme, porque Ema haría algo para impedir mi viaje.
-Por la noche.
Traté de demostrar firmeza y no titubear.
-Que tengas buen viaje y espero verte pronto, a la vuelta.
-Gracias.
Finalmente nos despedimos.
- ¿Mañana? Sol, no creo que…
-Tengo que estar en Italia.
- ¡Lo sé!
Ella piensa que yo no voy a volver.
Estaba estacionando en el estacionamiento del colegio dónde asistía mi hijo, tenía que decirle a la directora que Dante se iba a ausentar por