Mi secuestrador
Mi secuestrador
Por: Paola Odalys
Capítulo 1

Melanie

Mi alarma se encontraba sonando, ¿como es que suena tan rápido? Siento como si recién me hubiese recostado a dormir por Dios quisiera descansar un poco mas, pero eso me es bastante imposible; puesto que ya debo hacer el desayuno de mi madrastra y hermanastra, además de prepararme para irme a la universidad, si de hecho mi rutina ha sido la misma desde hace varios años ya ¿Saben? Llega un punto en que la verdad todo esto es sumamente agotador. Parezco su sirvienta, son bastante abusivas con mi persona pero no me queda de otra, no quiero quedar sin hogar y terminar durmiendo bajo un puente, aunque tampoco tengo el mejor trato y comodidades acá, incluso de pronto si se me hace tentador vivir bajo un puente. En fin, me puse de pie para ir preparándome mental y físicamente para mi ardua rutina matutina.

Quizás deben creer que soy algo tonta y preguntarse ¿porque no te vas con tus padres y listo? Sería perfecto; bastante perfecto de hecho, no les mentiría si les digo que eso sería el fin de mi problema y listo, fuese lo ideal pero no todo lo que uno desea se cumple de cierto modo. Mi padre, según mi madrastra había muerto en un accidente automovilístico cuando yo tan sólo tenía tres años, era una bebe para ese entonces y tengo muy vagos recuerdos de él, luego ella misma me dejo saber que se hizo cargo de mi porque no tenia a nadie y tampoco donde más ir ya que mi madre me abandonó con mi padre apenas nací; todo esto dicho por ella en su versión del asunto, y pues bueno ella se a encargado de sacarme en cara todo eso que ha hecho y según ella continúa haciendo por mi.

Cuando apenas cumplí los 15 ella comenzó a cobrarse de cierto modo todo lo que hizo por mi durante esos 12 años de mi vida que estuvo cobijándome y dándome abrigo, convirtiéndome prácticamente en su sirvienta y en la de su hija de igual manera. Y pues la verdad no me quedo de otra pues no tenia donde ir y no quería terminar en un hogar de niños abandonados, es muy feo lo que les hacen ahí a los niños según los medios informativos así que mejor decidí quedarme digo ¿Qué mas podía hacer?

Habiendo dejado un poco más claro el porque continuo soportando a esas dos personas tan abusivas en mi vida, continuó. Camine con pesadez y pereza en dirección a la cocina de la casa para así poder prepararles el desayuno a sus majestades imperiales. Una vez el desayuno debidamente elaborado y servido, fui en dirección a la habitación de Luisa a despertarla para que tome su desayuno. Ya se, muy la cenicienta pero así son las cosas aquí, no queda otra. Bueno, hasta que pueda pagar un departamento y pronto llegará ese majestuoso día.

-el desayuno esta listo, si se te ofrece algo más lo haces tú porque debo prepararme- dije saliendo de su habitación dando un portazo.

-mal educada- escuché su grito y decidí ignorarla.

Seguido fui al baño que comparto con ellas a tomar una corta ducha y verme al menos un poco más presentable y menos desecha de lo que me veo siempre, tengo derecho a eso. No es como que me importe mucho pero la ropa que suelo usar no es de marca o fina, de hecho es ropa de segunda mano que mi hermanastra desecha, porque según ella debe tener mucho estilo para estar al nivel de la élite. De hecho no se de que elite habla tampoco se a quién pretende engañar, más bien parece zorra de esquina con tanto escote, en fin para no tirar toda esa ropa me la pasan a mi, lo sé, triste. Cuando termino de ducharme rápidamente porque llevo el tiempo contado, arreglo mi cabello con la secadora de mi madrastra, sí, tristemente según ellas nada de lo qué hay aquí me pertenece excepto los libros porque a ellas no les interesa la literatura, y aunque el artículo lo haya comprado yo no me pertenece. Camine a mi habitación con un poco de prisa, tome un overol de mezclilla junto a una blusa de franjas blancas y amarillas de mangas largas y me dispuse a vestirme. Agarre mis converse junto a mis libros y la mochila de la universidad. Salí corriendo en dirección a la puerta pero un grito llamo mi atención.

-¡Melanie!-

-¿si?-hable asomando mi cara en su habitación.

-tiende mi cama y alista mi ropa, iré a ducharme ¡rápido! Quiero todo en orden- dijo tomando y de paso pegándome un golpe con su toalla, pasando por mi lado caminando en dirección al baño. Bufé y fui a hacer lo que Alicia, mi hermanastra, me pidió a una velocidad que ni yo conocía que tenía. Una vez con su cama organizada y lo demás que me encargo hacer listo, tome mis cosas y me encamine a irme nuevamente.

-¡Melanie!- ahora era mi madrastra. ¡Dios! ¿Que acaso no pueden valerse por sí mismas? Lo hacen a propósito, malditas brujas.

-¿que desea su majestad?-dije con ironía mirando a la cocina con un tanto de molestia ya, el bus definitivamente va a dejarme.

-¿piensas irte si haber dejado esta cocina limpia? Sabes la quiero tan reluciente como un espejo y luego podrás irte- dijo mirándome con mala cara. Suspire y deje mis cosas sobre un taburete para recoger todo, nuevamente. Ya no se porque sigo con esto, juro que en estos días me iré de aquí.

-¿no va Alicia a desayunar?- pregunté mirándola raro.

-¿a esa basura le llamas desayuno? Claro que no va a desayunar esta basura, limpias todo y te vas, a ver si funcionas para algo al menos- dijo tirando la servilleta en la mesa, poniéndose de pie.

¿Saben qué es lo mas curioso de todo esto? Pues verán que la muy sin vergüenza, porque no le cabe más palabra, ha dicho que mi comida es "basura" y en su plato no ha quedado nada de lo que le he servido, incluso no estaba el desayuno de Alicia, algo bastante interesante ¿no? Reí por lo bajo, no puedo dejar que nada de lo que ella diga me afecte aunque hay veces que si me afecta más de lo que debería, pero he decidido ignorarla. Limpie la cocina y mire el reloj de mi celular y lo digo así porque es uno muy viejo bastante atrasado de época y esta muy dañado, con el dinero que he ahorrado para lo del departamento también compraré uno nuevo. Bueno ya es bastante tarde, tratare de apresurarme, a ver si el bus no se ha ido. ¡Dios ayúdame!

-Luisa, me voy- grite desde la puerta de la casa, vivimos en una pequeña casa, en un barrio muy mono de Londres. Creo que es lo único bueno de vivir en este lugar.

-¡lárgate buena para nada!- grito desde su habitación, esta señora es muy difícil de tratar. Salí a la calle y seguido de un fuerte y largo suspiro empecé a caminar o más bien casi correr puesto que comenzaba a lloviznar y debía llegar a la parada del bus lo antes posible. Iba distraída solo concentrada en llegar y rogándole a todos los seres supremos que no se haya ido aun en eso, como si no tuviese suficientes líos choque con un hombre ¡maldición!

-¡oye fíjate!- dije recogiendo mis papeles, que se humedecieron en el pavimento, me levanté del suelo ya que no vi ningun acto de caballerosidad de su parte, ni siquiera se inmutó en ayudarme, vaya patan de m****a.

-fíjate tu, mocosa insolente- hablo mirándome con superioridad e indiferencia, para luego subir a un auto ultimo modelo. Era un hombre de unos 25 años, muy elegante y guapo, irradiaba tanta seguridad que me daba rabia, pero igual seguía siendo un maleducado y un patán.

-vaya idiota- suspiré, viendo a lo lejos que el bus, ya se había marchado sin mi. ¡Qué suerte la mía! ¿Dios porque me pasan estas cosas a mi? ¿Qué estoy pagando? No tuve opción alguna, así que comencé a caminar lo más apresurada que pude.

~•~

Al fin he llegado a la Universidad después de una larga caminata, ¡santo Dios! pensé que nunca llegaría. Al entrar divise a mis amigas Lía y Paulina caminando apresuradamente en mi dirección. Hace mucho no las veo.

-¡Meli!- gritaron al unísono.

-¡Pau, Lía!- grite de igual manera y corrimos a abrazarnos.

-cuanto tiempo Meli, ¿como estas?- dijo Lía aún abrazándome sin soltarme.

-¿tiempo? Es enserio Lía, apenas fueron dos días y te recuerdo que estabas de viaje con tus padres- dijo Paulina con ironía mirándola raro.

-amiga no voy a irme además eso es cierto Lía, bueno quizá no en nuestro caso- nos señale a ambas -ya que como trabajo pues no he tenido tiempo para visitarte- termine de hablar.

-exacto, y tu querida amiga tendrás que venir hoy a mi casa quieras o no, ve con Pau y no quiero un no- dijo con tono autoritario.

-ay, sabes que hoy tengo trabajo en la boutique- hable mirándola.

-anda Meli, ya no pasas mucho tiempo con nosotras, será una linda tarde de chicas y John- dijo, haciendo mención a su hermano John.

-vale pero solo por esta vez, espero que mañana no me despidan, sabes que ahí estoy haciendo mi practica y necesito el dinero- hable moviendo mi mano.

-si, lo se amiga, pero solo por esta vez lo prometo, ahora vamos a clase luego el calvo no nos deja pasar- dijo haciéndome reír. Bueno no me quedo de otra que aceptar ir a su casa en la tarde, solo espero que no me despidan por esto. Entramos a la universidad y comenzamos a caminar en dirección a la clase de diseño del profesor Calvo.

~•~

No se porque, pero desde que entre en la carrera este profesor no me ha dado muy buena espina que digamos. Siempre nos está mirando muy raro tanto es así que ya hasta parece acosador.

-¿disculpe calvo? ¿se le perdió algo o qué diablos mira tanto?- hablo Lía.

-¿que dijo señorita Lombarddi?- mencionó con ironía el profesor a Lía.

-lo que escuchó, ¿aparte de calvo sordo?- dijo esta y continuo coloreado su diseño como si nada pasase; haciendo que toda la clase estallara en risa.

-¡silencio! Señorita, le hago mención por enésima vez que no me falte el respeto y le recuerdo que Calvo es mi apellido- dijo pegándole al escritorio.

-me vale, usted no tiene porque estar mirando a mi amiga y a mi de esa manera, parece acosador y sabe que, me voy de aquí profesor de quinta- dijo y se puso de pie caminando en dirección a su escritorio, tomo la bebida que momentos antes estaba tomando y la tiro sobre los papeles del profesor.

-¿¡que hace!? Esta expulsada de mi clase- grito señalando la puerta.

-¿ah si? No me importa, de todos modos me iría, con permiso su eminencia calva- dijo haciendo estallar en carcajadas al grupo nuevamente y se fue como toda una triunfadora, vaya carácter.

-¡todos fuera!- grito el profesor muy enojado, bastante considerando que su calva está roja, sí, ese es su apellido pero el tipo es calvo de verdad. Todo mundo recogió y se retiro del aula agradeciendo a Lía pues podrían descansar. Yo por mi parte me dirigí a comer algo ya que no había desayunado.

~•~

Ya eran las 5 de la tarde, por lo que ya salimos de clase así que ya no me toca volver a la universidad si no hasta el viernes y hoy es miércoles. Tendré al menos algunas horas de descanso. Estaba dirigiéndome a la parada del bus para ir a trabajar pero luego recordé mi compromiso con las chicas.

-Meli, ven vamos- me llamo Paulina desde su auto, suspire y camine en su dirección para subir al auto. Bien, ya no tengo de otra, supongo que al rato llamaré y me reportaré enferma. Aprte es esto o perder a mis amigas y eso es lo menos que quiero pues son lo único bueno que tengo y me ha pasado en mucho tiempo, les digo enserio. Bueno aquí vamos, espero que no me despidan.

(...)

Capítulos gratis disponibles en la App >
capítulo anteriorcapítulo siguiente

Capítulos relacionados

Último capítulo