AURORA SUMMER
—¿Por qué estaba él aquí? —oí preguntar a Leandro y me giré hacia él. Debió haberse cruzado con Douglas.
—No quiero hablar de eso, Leandro. Estoy muy irritada ahora —respondí mientras él se sentaba a mi lado.
—Oye, cálmate —murmuró, apoyando mi cabeza en su hombro.
—Realmente no sé si fue buena idea volver a esta ciudad... Es una locura, Leandro. No sé quién me está haciendo esto, pero no es nada divertido —me desahogué.
—Todo va a estar bien, vamos a descubrir quién está detrás de esto —aseguró, pasándome los dedos por el cabello.
—¿Quieres salir? —preguntó de repente.
—Creo que sí... Vamos a comprar algunos dulces —acepté.
Leandro se levantó y me tendió la mano. La sujeté con fuerza mientras me ponía de pie, y juntos salimos de la habitación.
Entramos en el ascensor y él presionó el botón de la planta baja. El silencio nos acompañó hasta que las puertas se abrieron.
Leandro me abrió la puerta del auto, entré y él me siguió enseguida.
—Por favor, llévenos a la heladería