Bastián observa detenidamente el cuerpo de la mujer que descansa en el sofá plácidamente, se ve confiada y sin temores.
< Solo hasta que descubra tu secreto >, señala la voz de su conciencia.
Se siente atrapado entre su propio mundo y la duda de hablarle a Amelia acerca de su pasado y el secreto que esconde, espera no tener que hacerlo ya que llegado el momento en el que ella se entere de todo lo que hizo va a abandonarlo y entonces será otra decepción la cual duda que su corazón resista.
— Deberías compartir tus pensamientos conmigo – expresa Amelia sentada en el sofá mirándolo fijamente.
— Te ves preciosa, en eso pensaba – responde mirándola con tal intensidad que el cuerpo de ella sufre espasmos involuntarios y su rostro enrojece.
— Sin embargo creo que hay algo más ¿Por qué no me lo dices ahora? – indaga tratando de que comparta algunas cosas con ella ya que es tan reservado que la abruma.
— De hecho si hay otra cosa, es solo que no sé si me dirás que sí sin embargo me encanta