281. CONTINUACIÓN
Ella volvió a la mesa con un vaso de agua y se sentó frente a él, su mirada se encontró con la de Hanriet y en ella había una chispa de inocente complicidad. "¿Cómo puede ser tan genuina después de todo lo que le hice?" se preguntaba Hanriet en silencio.
—Gracias por el esfuerzo, Sofía —dijo con sinceridad, su voz un poco más baja de lo habitual—. No sé si merezco todo esto.
Sofía le ofreció una sonrisa cálida, sus ojos reflejaban una mezcla de empatía y algo más, algo que Hanriet no se atrevía a descifrar.
—Todos merecemos una segunda oportunidad, Hanriet. Y te he visto mejorar cada día, eso es lo que cuenta.
Hanriet asintió, sintiendo cómo su estómago protestaba sutilmente ante la crema de zanahorias. Pero el malestar físico palidecía en comparación con el deseo de redimirse ante ella, de probarle que podía ser alguien mejor, alguien digno de su tiempo y cuidados.
—Intentaré la receta de nuevo mañana —prometió ella, ya pensando en cómo mejorarla.
—Y yo intentaré comerla sin