256. DECISIÓN
Mientras la noche avanzaba y el despacho permanecía en penumbras, Lord Henry se sumergió en la montaña de documentos y pruebas que había recolectado hasta el momento. Sabía que estaba jugando un juego peligroso, pero estaba dispuesto a arriesgarlo todo para descubrir la verdad y asegurarse de que se le hiciera justicia a sus hijos.
El teléfono personal de Lord Henry sonó y lo tomó de inmediato al ver quién era: el sirviente de su hijo de crianza, Hanrriet.
—¿Qué sucede? —preguntó con preocupación.
—Tiene que venir, mi Lord. El joven Lord no está bien —respondió el sirviente con voz temblorosa. —Está muriendo, señor. Tiene que venir urgente.
—¿Qué quieres decir con que no está bien y que está muriendo? Mandé una enorme cantidad de guardias para que lo protegieran. ¿Qué le hizo su madre esta vez? —inquirió Lord Henry, furioso.
—Mi Lord, venga urgente. El Joven Lord no deja de vomitar sangre y acaba de ingresar al hospital inconsciente, creo…, creo que esa mujer lo mató…. Él no qu