Catalina Abrego
-Catita prométeme que no van a demorar mucho en venir a visitarnos de nuevo –Mi abuela me abraza con fuerza derramando unas cuantas lágrimas.
-Abuela no sigas me aras llorar también ¡No!, soporto verte triste por favor –Siento un gran pesar en mi corazón por dejarla porque sé que tardare mucho tiempo en volver.
-De acuerdo hijita si esta vez no puedes, tendré que ir a Estados Unidos yo. Además quiero conocer un poco más a mi nuevo bisnieto y al que está en camino –Esto último lo murmura bajito solo para nuestros oídos.
Sé que para ella es un misterio mi decisión de no revelarle mi embarazo a Demian. Pero igual lo respeta a pesar de estar en contra de mi pequeño secreto.
-Sí, no te preocupes pronto voy a contarle a mi maridito sobre nuestro retoño.
Luego de eso fuimos abruptamente interrumpidos por mis tías sus esposos, primos, sobrinos y otros familiares que buscaban despedirse.
Ahora nos encontrábamos en un largo vuelo rumbo a casa.
Mi pequeño Denn se mantenía