Catalina Abrego
-Dime cómo te sientes en este momento –Pregunto a mi pequeña paciente de ocho años que se encuentra en terapia conmigo desde hace unos meses.
-Mejor ya no me siento triste –Asiento feliz por ella que en el pasado sufría de depresión después de la pérdida de su abuela.
-En ese caso Carina te felicito has cumplido con todas mis indicaciones poco a poco iras mejorando mucho más confía en mi –Mi pequeña paciente menea su cabecita sonriendo, mientras que su madre me agradece con una mirada silenciosa.
-De acuerdo, ¡Quiero verte dentro de dos semanas!, continúa con tus ejercicios de respiración y concéntrate en cosas positivas en tu vida.
-Eso haremos doctora muchas gracias por toda su ayuda.
Cuando finalmente me despido de mi paciente y su madre me quedo todavía en mi consultorio por un momento antes de alistar mis cosas para marcharme a casa. Por hoy Carina era mi último paciente.
Durante todos estos días me había pasado completamente concentrada en mis deberes como