—¿Eres Maikel verdad? —giro hacia la voz.

—¿Si, por qué?

—Puedes enseñarme a pelear, ya estoy cansada de rogarle a Román que me enseñe y solo me pone a limpiar piso, podrías por favor y hago lo que sea limpio tu casa lo que sea —Sonrió, me encanta la determinación en las personas.

—¿Cuántos años tienes?

—Tengo veinte ya tengo a mi loba su nombre es Karia.

—Es un lindo nombre y el tuyo cual es.

—Mi nombre es Norma, me vas a enseñar.

—Ya fuiste con los guerreros.

—Sí, pero me rechazaron porque según no tengo la contextura física que se requiere… ya se tampoco me aceptaras —gira para marcharse.

—¿Espera a dónde vas? Aun no te he dicho nada, tan rápido te das por vencida.

—No es que... me aceptarás.

—Te espero mañana en el extremo sur…

—De verdad gracias, gracias no lo defraudaré, estoy dispuesta a aprender.

—Nos vemos mañana entonces —este era mi objetivo, sé que habrá otros interesados.

Al llegar a casa hablo con papá y Dánae, luego tomamos la cena y después subo a la habitación a desca