Karim.Regreso a mi habitación con cuidado de que nadie me mire, al entrar me recibe Hasam muy preocupado.-¿ Mi señor como le fue ?-Me fue bien pero necesito de tu ayuda y que tengas la mente abierta.-Lo que usted me pida, señor.-Necesito que tomes el trono de mi imperio.-¿¡ QUE !? Señor se a vuelto loco.-No, Cristal me a revelado algo que es muy cierto y de preocupación, ella no desea volver conmigo no desea volver a ser mi prisionera y al estar tan ceparados no podre estar viendo a mis hijos tan seguido.-Espere hijos, serán dos.-Si.-Felicidades señor pero regresando a lo otro no puedo tomar su lugar mi señor no soy de la realeza.-Pero si te casas con mi hermana mayor te convertirás en parte de la realeza y cuando decrine al trono tu lo tomaras y todo quedara resuelto.-Señor no creo que sea prudente tomar esa decisión.-No entiendes Hasam Cristal es la mujer de mi vida, es perfecta para mi, no puedo vivir sin ella estos meses sin ella han sido una tortura insoportable.-¿
Cristal.Estos días de descanso han sido divertidos ya que Ana y Karim a veces discuten por ver quien me ayudara hacer algo incluso se pelean por lo más insulso como abrir las cortinas, Karim me ayuda a moverme de lugar cargando me apesar de mis protestas pero él insiste creo que le gusta, al principio los diplomáticos se molestaron al saber que Ana les daría mis respuestas pero después de que él medico les explico la situación comprendieron y me deciaron una recuperación pronta, aunque el dolor mi dolor y malestar desapareció ase días todos insiten en que descanse por mi bien principalmente Karim qué se queda todas las noches a mi lado despierto por si se me ofrece algo apesar de que para eso ya hay damas que velan mi sueño durante toda la noche, así pasan los meses y con ellos mi vientre crece cada vez más y cada vez me cuesta hacer cosas por mi misma, tengo que mandar hacer ropa ya que las qué poseo me han quedado epretadas y es algo que se me ase tan extraño siempre fui delgada pe
Cristal. Desde que nací me destinaron para ser reina, crecí rodeada de lujos y cosas hermosas, todo era mejor cuando era pequeña no sabía el mal que me rodeaba pero aprendí que el mundo es cruel demasiado joven incluso aún para comprenderlo y ahora me doy cuenta, comenzaron a instruirme en cómo actuar, como sentarme, cómo comer, cómo vestir, como hablar, querían manejar cada aspecto de mi vida ni siquiera era libre de reírme a mi antojo siempre tenía que mantener una expresión serena y calma, no podía hacer nada sola siempre había alguien vigilándome decían que tenían que cuidar a la futura emperatriz, nunca tuve amigos siempre estuve sola a pesar de que estaba rodeada de sirvientes, los únicos respiros que tenía era cuando miraba a mi madre que no era muy seguido me instruyó y me enseñó todo lo que sabía, al crecer más me empezaron a instruir en la política para ayudar y aconsejar al emperador todo eso fue una estupidez y una pérdida de tiempo horas que desperdicie inútilmente, cuan
Cristal. No comprendo qué es lo que quiere este hombre, acaso planea ejecutarme públicamente pero si soy la emperatriz el emperador tiene más peso su cabeza que la mía, paso cerca de donde tienen retenida a Ana, no puedo evitar intentar forcejear para abogar por ella, no deseo que la maten. -¡Suélteme! Dejé la que no tiene nada que ver con nosotros es solo una sirvienta. Se que lo que digo son mentiras y que Ana represebta mucho mas que eso para mí pero es solo un método para salvar la. -Déjate de tonterías y camina. El guardia intenta empujarme pero me opongo llamando la atención del sultán que se detiene y nos mira de reojo. -Llévensela también. Ana es liberada y extiendo la mano para tomar la de ella y jalarla hacia mí, sé que tal vez la estoy jalando a su propia muerte pero es la única persona que me gustaría tener conmigo hasta el final de mi vida, nos llevan afuera del Castillo y nos suben a un carruaje custodiadas por guardias, nos alejan de mi hogar produciendo me triste
Cristal. Siento que la cabeza me duele y un ardor en mi garganta tan incómodo que me hace despertar, al abrir los ojos a la primera que veo es a Ana que me mira con preocupación pero intenta sostener una sonrisa en sus labios. -Emperatriz que bueno que ya esté despierta. ¿Cómo se encuentra? -Me siento un poco aturdida. -Quisiera poder ofrecerle algo pero no tengo nada, ni siquiera me han traído agua para beber. -Pero que hombre tan desconsiderado. Me siento en esta cama que es tan incómoda y me doy cuenta que estoy en ropa interior, me cubro con los brazos ya que nunca avía estado tan expuesta fuera de mi baño privado. -¿Dónde está mi ropa? -El sultán se la quitó cuando se uedo inconciente. Pero que atrevimiento, me siento tan avergonzada, nunca en mi vida un hombre me avía visto con tan poca ropa y supongo que el también me trago aquí. -Hasta que despertaste. Escucho la voz del sultán y lo miro parado en la entrada de la tienda sosteniendo un cuenco y una especie de vasija
Ismael Pero que mujer tan arrogante después de que le perdone la vida se atreve a verme de esa forma y hablarme así.-Creo que tu nueva joya es salvaje, no fue buena idea tomar a una emperatriz de otro continente como una más de tu harem.La voz de mi mano derecha y consejero real llama mi atención, tomo un trago de mi vino antes de responderle sin interés algunos.-Solo esta asustada pero cederá a mis órdenes. -¿Y que harás con la segunda chica? LA de cabello castaño.-No lo sé, ella quería traerla es su sirvienta personal.-Pero de esas aqui hay muchas.-Lo sé, que propones hacer con ella.-Dejarla a mi servio.Miro a Hasam con un poco de molestia ya que siempre ase lo mismo con las mujeres que le doy, solo las utiliza y cuando se aburre de ellas las desaparece para así no tener que hacerse responsable de ellas.-Otra mujer más para tu placer.Hasam solo me da una sonrisa pícara y pone su atención en las bailarinas qué están entreteniendo a los invitados.-Te negare tu petición al
Cristal.Ya pasaron tres días desde que me trajeron a esta habitación y no he sabido nada de Ana espero que este bien, esta habitación es bastante aburrida nadie viene, solo limpiamos el piso y las mujeres hablan de cosas triviales, no sabia que tan cansado es limpiar un piso bueno jamás avía limpiado algo con mis manos, miro las nuves pasar por el ventanal del techo qué ahora que lo veo con más detenimiento me doy cuenta de que está viejo y desgastado por el paso del tiempo pero aun así no le quito lo hermoso.-¡Su alteza!Escucho la voz de Ana y miro a mi alrededor en su búsqueda pero no la veo por ningún lado desilusionado me, tal vez ya estoy perdiendo la cordura por el aburrimiento.-Su alteza Cristal aqui abajo.La vuelvo a escuchar y esta vez la busco en la parte baja de la pared, miro una rejilla de piedra y atravez de esta veo el royro de Ana, me acerco con mucha alegría y me arodillo frente a la rejilla.-Ana que bueno que este bien, me preocupe mucho por ti.-Estud se preoc
Cristal. Pasaron otros 2 días después de ese encuentro tan desagradable con el sultán sin noticia alguna de nada, paso las noches platicando con Ana ya que casi todo el día no está, me ha dijo que ella está en la sección de las mujeres de servicio que atiende a las demás mujeres de este lugar, me calma un poco el alma al saber que no le hicieron nada, la convivencia con las mujeres en la habitación ha sido un poco tenza después de mi abierto rechazo hacia el sultán frente a ellas, supongo que lo que más anhelan ellas es que ese hombre venga y pase tiempo con ellas pero eso no es lo que yo deseo. Esta tarde Romina está descansando dormida cerca de Nala y a mi mente viene las razones por las cuales la anciana y Nala están aquí pero con respecto a Romina no me lo quiso decir sé que no es de mi inconveniente pero me intriga saber por qué un sultán tiene una niña tan pequeña aquí, ni siquiera tiene 10 años no lo creo tan perverso como para tomarla como concubina, me acerco a la abuela Sir