Tras dos horas de recorrido, ya habían imperfeccionado casi toda la mansión. Para el resto habría que hacerlo a caballo para recorrer los terrenos y las tres casas de campo, junto a los establos y el invernadero. Lyon habían notado que Asha no le había mostrado dos habitaciones. Solo habían pasado de largo por esas puertas y al preguntarle la razón.
«Mi madre falleció en la primera, la segunda era la habitación matrimonial» había confesado con la mirada un poco perdida «Son las dos únicas habitaciones que no me atrevo a entrar, y no dejo que las toques, prefiero que se queden como están. Es… lo único que puedo hacer por el recuerdo de mis padres»
Lyon sabía que había un trasfondo más profundo, pero no insistió. Ya el duque había confesado de sí mismo en un solo día. Y en esos momentos tenían una buena atmósfera. Irían a almorzar a una de las terrazas que daban al patio de rosas de la mansión y después… se quedó pensativo que podrían hacer después. A pesar de pasar mucho tiempo juntos,