Capítulo 30: Estrella.
El martes, la noche cayó tranquila sobre la casa. Después de la cena y una ronda de dibujos animados, Clara se había quedado dormida en el sofá, abrazada a su peluche de unicornio. Estrella leía en silencio en su habitación, y la casa parecía suspirar con alivio después del día lleno de sol y juegos.
Cynthia se quedó en la cocina, recogiendo lentamente los platos aunque ya todo estuviera limpio. Cada movimiento era solo una excusa para postergar lo inevitable: la conversación que debían tener. Apoyó las manos en el fregadero y miró por la ventana. La oscuridad cubría el jardín, pero en su pecho, lo que más pesaba no era la noche sino la incertidumbre.
Mathias apareció detrás de ella en silencio, como solía hacer cuando sabía que algo la inquietaba. No dijo nada, solo la abrazó por la cintura, apoyando su mentón en su hombro.
—¿En qué piensas, bonita? —preguntó, con voz suave.
Cynthia se quedó quieta unos segundos. Luego, exhaló despacio y comenzó a hablar.
—En que tengo que contarles