Cuando Sarah recuperó la compostura se alejó de los brazos de Fred, y él sintió como si ella hubiese dejado un frío en su lugar
—Tuviste una pesadilla, y no podías despertar.
Ella asintió
—Estoy bien —dijo y miró la cama, no tenía idea de cómo había llegado ahí, pero se levantó y se fue a bañar
Cuando Sarah salió, Fred ya no estaba ahí, ella se cambió y decidió salir tomando la tarjeta de crédito.
Caminó por el barco, sintiéndose tan perdida, hasta que entonces escuchó una voz familiar, sonrió al ver a René y luego fueron a dar un paseo
—En unos quince minutos nos detendremos en Esla, no te gustaría ir a pasear conmigo.
Ella sonrió y asintió, pronto cuando el barco hizo una parada, ellos bajaron y recorrieron la ciudad
—¿Eres feliz, Sarah?
Ella se tensó ante sus palabras
—Bueno, como todo el mundo, a veces tenemos problemas
—La meta del ser humano siempre debe ser feliz.
—Ser feliz con lo que tiene, porque si estamos buscando siempre la felicidad, veremos los años pasar y nos amargare