Hoy es mi primer día de clases y ya le informé a mi jefe así que todo bien. Me encuentro despierta son las seis de la mañana y estoy mirando por la ventana con unos binoculares —Bueno son de Milán— Mi jefe no vino ha dormir a casa y eso me dejó pensando. Digo. El puede hacer lo que quiera y dormir con quién quiera, pero quiero ver con quién llegó.
Pude ver qué bajó del auto y usa otra ropa. Que no es la llevaba ayer.
Ay Dios ¿Estoy obsesionada? ¿Por qué hago esto?
Luego bajó Adam.
—¡Pequeñín bajó Adam! —musité en voz baja y miré a mi perro quién mira también y mueve su cola —. ¡Estaba con Adam!
Volví a mirar y pude ver qué se abrazaron y después Adam se fue y Kiev entró a la casa.
Cinco horas d