Se tomo todo lo que contiene la copa y me observó fijamente.
—Si —ella aún continuaba mirándome —. Y lo siento por eso, sé que enmendar las cosas en estas circunstancias son algo difíciles.
Yo simplemente la miró fijamente en silencio y me crucé de brazos.
—Por supuesto que es algo difícil, Emma —ladeé mis labios sin ningún tipo de expresión de alegría.
—Me gustaría que conocieras a Emmet, tu pequeño hermano —ella sonrió con dulzura.
—Encantada —le regalé una sonrisa —. Me imagino que a todos los demás también, les gustará conocerme.
Ella elevó sus cejas y abrió los ojos.
—Esto va ser un escándalo.
Veremos si lo harás.
En ese momento llegó la comida y tomamos asiento para iniciar.
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