VIII

Al día siguiente ella es la encargada de preparar el desayuno porque es la única que no tiene resaca, pero por eso mismo es que tan solo se toman un té, acompañado de la mitad de un pan con mantequilla.

Después de eso se quedan en su cuarto vagando, cada una trasteando en su celular, compartiendo memes y comentando una que otra cosa que recuerdan de la noche anterior.

Cada vez que hablan de aquellas horas oscuras su corazón da un vuelco, las mejillas se le calientan y toda ella tiembla; ansiosa, avergonzada, sintiéndose ridícula por cómo se comportó frente a Matteo. De solo recordarlo le dan ganas de desaparecer del mundo. Por eso mismo es que no le ha contado a sus amigas, no quiere pensar el momento más de lo necesario y mientras menos gente sepa de su vergüenza mejor para ella.

Pero no poder vocalizar todos sus pensamientos, incluyendo las crecientes preocupaciones, hacen que es

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