Steve finalmente colocó su duro virilidad en la entrada de la íntima cavidad femenina y haciendo una leve presión, el miembro fue abriéndose paso a través de la suave calidez femenina. Estaban tan excitados que no tardaron mucho tiempo en alcanzar las cumbres del placer, demostrándose el amor que sentían el uno por el otro y el placer que derivaba de compartir su intimidad.
Se quedaron acostados un buen rato hasta que el teléfono de Steve comenzó a sonar, era Luc que les avisaba que le iban a llevar la comida por delivery, porque él había salido a comer en un restaurante cercano. Steve le dijo que estaba bien, así que esperaron la comida mientras entraban al baño a darse una nueva ducha, pero esta vez más tranquila y cálida, más llena de ternura que de pasión.
Cuando llegó la comida la degustaron con placer, y luego estuvieron viendo televisión hasta que se quedaron dormidos por completo hasta el día siguiente.
Los rayos del sol entraban suavemente a través de las cortinas de la habit