Capítulo 419
«Finalmente.»

—¿Cómo está la señora? —su voz era baja y la miraba con expresión acomplejada, ignorando por completo a los demás desconocidos que le rodeaban.

Lorena lo miró y respondió con indiferencia: —No ha muerto, ¿estás penado?

Su mirada, finalmente, se posó en Bella y Estela.

Juan se quedó estupefacto y frunció el ceño, su voz inconscientemente fría: —Lorena, no digas tonterías, fue solo un accidente.

Lorena se mofó: —¿Un accidente? Fue tu prometida quien empujó a mi abuela, lo vi con mis propios ojos ¿y me dices que fue un accidente?

Su voz era tranquila y un poco cortante.

Fiona se acercó desde una corta distancia, incapaz de ocultar la repugnante repulsión en sus ojos, —¡Señor López, no hace falta que hables de estas cosas inútiles! Dime qué vas a hacer al respecto.

Juan pudo ver el disgusto de Fiona hacia él, asintió levemente y volvió a mirar a Estela.

Estela se apresuró a acercarse, malhumorada, fingiendo disculparse sinceramente, —Lo siento, señora, todo es culpa
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