Juan miró su teléfono y no recibió ni un solo mensaje de ella.
«¿Por qué ese cambio tan repentino? ¿Qué pasa?»
Rafael le oyó mencionar a Lorena, pero no se atrevió a contarle la reacción de Lorena aquel día.
Solo pudo decirle amablemente: —¿Quizá es porque sabe que tus padres están aquí y no quiere venir a causar problemas?
A Juan le convenció este razonamiento.
Se sintió molesto cuando pensó en el profundo conflicto entre Lorena y su familia.
Sabía que no podía resolverse de inmediato, así que tenía que no pensar en ello por el momento.
Pronto, sin embargo, Juan intuyó un problema.
Lorena no había vuelto a mandarle un mensaje.
Lorena no se había puesto en contacto con él desde la última vez que inició una cita con ella y luego la rompió.
Juan le pidió a Rafael que se pusiera en contacto con Javier y le pidiera que le dijera a Lorena que estaba curado.
Lorena no hizo ni pío.
Estaba un poco confuso.
Así que Juan estaba de mal humor últimamente, maldiciendo en las reuniones.