Una noche, en su habitación, Cassiane sostenía la cabeza de Bruna en su regazo, cafuné, como solían hacer cuando era adolescente.
- Cristiano debe estar esperándote en la habitación. – observó Bruno.
- Déjalo esperar.
- Cassi, no quiero que pelees por mi culpa. No me gusta cuando Cristiano fuerza la relación entre Adrián y yo, pero tampoco quiero que cause vergüenza en su relación.
- Y no me gusta lo que hace, la insistencia sobre Adrian. Sabes que quiero mucho a Adrian, siempre lo he dejado claro. Pero eres mi hermana y siempre te apoyaré. Hoy Adrian es simplemente un buen amigo de mi esposo en esta casa. Él no es parte de esta familia.
- Gracias por protegerme. Todavía no compre esta pelea por mi culpa.
Cassiane la abrazó y dijo:
- No es solo por ti... Es por Alex, de quien no sabía mucho, pero me gustaba. Es por el amor que sentías por él y el respeto que tiene por vuestra relación… Y también es por ese bebé que puede estar dentro de ti en poco tiempo.
Los ojos de Bruna brillaron d