―Sí, así es. Esta sierra está diseñada para cortar texturas semejantes al yeso. Gracias a la velocidad y el material, no hay riesgo alguno para los pacientes.
―¿Y no pensó en demostrarlo cuando estaba temblando de miedo mientras pasaba esa sierra por mi brazo? ―repliqué.
Lo pensó unos segundos, mirando el techo.
―No lo pensé en su momento ―Se rascó la barbilla―. En fin, le escribiré la receta ―Rodeó su escritorio y se sentó en su silla. Se puso a escribir unos jeroglíficos que no eran entendible para el ojo humano―. Okey. Esta es para la crema, esta es sobre su alimentación y estas son sus vitaminas.
Tomé las recetas con rapidez antes que lo hiciera Derek, que ya tenía la mano estirada.
Las leí. Mejor dicho, lo intenté. No distinguía bien lo que decía, pero tenía algo por seguro, faltaba unos medicamentos muy importantes.
―No me recetó analgésicos.
La doctora se enderezó y respiró profundo, como si estuviese a punto de tener la conversación más difícil de su vida.
―A partir de ahora p