Capítulo 144: Pasar desapercibida.
Tenía un tic nervioso en la pierna derecha. Estaba con los codos sobre la mesa, viendo disimuladamente a mi alrededor, pero debajo del mantel, era un manojo de nervios. O sabía que se movía más rápido, ¿una locomotora o la parte inferior de mi cuerpo?
Había logrado superar la fase de ordenar. Era lo más fácil, porque pude usar el menú para cubrirme la cara. Y una vez que lo hice, el mesero tuvo que luchar conmigo para quitarte la carta de las manos.
En estos momentos, me habría sido de ayuda un sombrero, unos lentes o hasta una mascarilla. ¿Y si pedíamos la comida para llevar?
―¿Por qué estás tan nerviosa? ―preguntó mi cita, al otro lado de la mesa.
―¿Yo, nerviosa? Para nada.
―Entonces, ¿por qué la mesa está temblando como un terremoto? ―Sus zapatos tocaron mis pantorrillas. Me vi en la obligación de recoger los pies y mantenerme quieta. O algo parecido, porque lo máximo que pude hacer fue disminuir el tic nervioso.
Estaba mirando a la nada, pero su reciente sonrisa no pasó desap