―¿Y cuál es tu plan? ―indague.
―hablemos afuera.
Miré nuestros cuerpos unidos y su brazo en mi cintura.
―Si quieres que salgamos, necesitas soltarme ―dije con obviedad.
―No necesariamente.
Antes de poder preguntarle a qué se refiere, me cargó como a una damisela. Me depositó con cuidado sobre la cama y se sentó a mi lado.
―Nuestro querido amigo hará un viaje a Yemen.
―¿Yemen? ¿Es eso posible?
―Tengo un conocido que me puede hacer el favor de dejarlo lo más lejos posible de la frontera.
Nunca se me hubiera ocurrido. Mucho menos porque no estoy al tanto de los contactos e influencias de Derek. ¿Llega hasta allá?
―Pero, ¿por qué lo mandarás a ese lugar?
―¿Qué quieres, que lo mande de visita a los Alpes suizos? ¿Tal vez, Italia?
Una sonrisa burlona acompañó mi