Piero estaba perplejo, Ana cayó al suelo, tenìa mucho miedo.
Una bala perdida los asustó.
—¡Vendrás conmigo, Ana!
Ella sollozó.
—¿Por qué haces esto?
—¡Fue tu m*****a madre quien mató a Viridiana, es hora de que el karma alcance a Sonia, y tú eres el medio para llegar a ella!
Ana no dijo nada màs, la puso en el asiento trasero, tomó cinta industrial y la inmovilizó.
Por un segundo, sus miradas se cruzaron, ella lloraba, parecía temblar.
Piero no pudo evitar mirar sus ojos, y descender la mirada a sus labios.
«¡No, Piero, ella es tu peor enemiga!», pensó.
Piero fue al auto, condujo sin rumbo aparente.
***
Leander estaba incrédulo, llamó a Rafael.
—¡Ven de inmediato!
Rafael no demoró en aparecer y ambos salieron fuera de la habitación, haciendo que Elisa tuviera màs temor.
—Rafael, al parecer, Piero tiene secuestrada a Ana, acaba de llamarme exigiendo que le diga a Sonia que debe ser intercambiada por su hija.
—¡¿Qué?! ¡No puede ser! Lo buscaré.
—Espera, Rafael, debemos calmarnos; mira h