115: Llamadas inesperadas.
Mientras la brisa mañanera entra por las ventanas de la SUV, Lavinia cierra los ojos. Nina ha estado inquieta, ella igual. Ambas piensan que se trata de Calixto, pues nadie se quedará tranquilo hasta que esté en las mazmorras, pero la verdad, es que su instinto de Alfa le susurra que algo peligroso se aproxima.
Mira hacia su mejor amiga, le toma la mano y ambas se dan una sonrisa a medias. Esther dijo que esperaría hasta el último momento para saber si debe inscribirse o no, y con razón.
Al llegar a la casa privada de Alfa Alan, encuentran a Angela y Raphael en la sala, abrazados.
La pelirroja sonríe por ellos, se ven bien, pero al final, siente un poco de rechazo hacia Angela, pues sabe que tiene tanta culpa como Oziel por todo lo que le permitieron hacer a Calixto. Sin embargo, lo oculta. La Diosa le dio una oportunidad más, como a Oziel, por una razón, y eso es que en el fondo no son malas personas. Lo sabe, pero no es suficiente para ella.
Después de saludar, Lavinia se acerca.
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