110: Pudo haber sido diferente.
—Es la primera vez que esta casa está tan sola en la mañana —murmura Lavinia mientras le sirve algo de comida a su mejor amiga.
Están en el comedor de la casa privada de Alan. Lavinia pudo dormir un poco, pero Esther no consiguió hacerlo. Pasó toda la madrugada e incluso ahora que ha amanecido, pensando en su compañero. En la forma en la que todo pudo haber sido diferente. En el dolor que este estaba dispuesto a causar y peor aún, en el dolor que le causó a tantos al quedarse callado ante las atrocidades de “su amigo.”
Está preocupada por él, sí. Tess le ha hecho saber que Lie está herido, que sus heridas no se han sanado por completo porque ella las siente como si fueran suyas. Pero no pueden hacer nada.
Lo ama, sí, pero no está ciega.
—Ya veo… —murmura la pelirroja, tomando té y luego comiendo un pedazo de tostada—. Lavinia… No tienes que… Quedarte conmigo. Veo que todos están muy ocupados. Ni siquiera Luna Atenea regresó a casa… Podrías irte. Yo… Estaré aquí si no es molestia.
Lavi