102: Sus enemigos.
Los Guerreros de Alan se transforman gruñendo hacia los enemigos.
—Tú lo golpeas y yo le pongo las esposas de plata —idea Saúl.
Y en el siguiente momento, Alan golpea con el puño a William en la sien, haciéndolo caer mareado en el suelo. Entonces Saúl chasquea la lengua sabiendo que pudieron evitar una pelea, y le pone las esposas de plata mientras escucha el alboroto tras ellos.
Los lobos de Alan muerden y hieren lo suficiente para que los enemigos vuelvan a su forma humana, y una vez así, les ponen esposas para controlar a sus lobos y licántropos.
Alan abre la puerta, hay gritos femeninos y dos hombres se le van encima, haciéndolo caer, así que ataca a uno estratégicamente tomándolo por el cuello mientras ve a su lobo querer transformarse, pero lo estrangula presionándolo contra su cuerpo, mientras que Saúl se encarga del otro, colocando al final las esposas.
Las mujeres dentro tiemblan del miedo sin saber qué ocurre.
Alan se recupera del reciente ataque y las ve.
—Ya tengo la direc