Capítulo treinta y tres. Soy una idiota
Maggi la miró pensando en las mentiras que podía decirle a Amber para hacer creíble su historia, pero no podía pensar en nada, menos con su padre presente.
—¿Por qué? —preguntó Amber.
La muchacha miró a su padre y luego a su hermana, no sabía de quién esperar una respuesta, ella misma no sabía a quién de los dos se la había hecho. Si a su padre por el pasado, o a su hermana por el presente.
Maggi miró a su padre antes de hablar:
—¿Por qué? —Maggi repitió la pregunta de Amber. Le dedicó una furiosa mirada antes de responder—: ¿Qué esperabas que hiciera? —preguntó caminando hacia Amber—. ¿Qué me sentara y me cruzara de brazos para ver cómo te revolcabas con mi marido? No me hagas reír, no iba a permitir jamás, bajo ninguna circunstancia que fueras feliz con él. Thiago ni siquiera me miró una sola vez como mujer, mientras que a ti te llevó a la cama.
Amber dio un paso atrás sintiendo aquellas palabras como golpes directos a su estómago.
—¿Lo sabías? —preguntó con el corazón latiendo fue